Tanto si te has parado a leer con calma mi web – ¡gracias! – como si solo has podido leer algún fragmento de manera diagonal, habrás podido observar que repito una y otra vez que las empresas deben hacer frente a los nuevos desafíos del siglo XXI si quieren asegurar su éxito y supervivencia. Pero, ¿cuáles son esos retos de las empresas del siglo XXI?
- El primero de ellos, es lidiar con la complejidad e incertidumbre del contexto actual cada vez más difícil de anticipar mientras se sigue creando valor para sus clientes, captando valor para la empresa y proporcionando valor a la sociedad. De aquí se extrae la necesidad u objetivo de convertir la empresa en una organización adaptable por excelencia que posea la capacidad operativa y organizacional necesarias para hacer cambios de rumbo con agilidad y eficacia, es decir, estar siempre preparada para el cambio, o mejor dicho, siempre en un estado de cambio y mejora continua.
- Y el segundo, captar, retener y empoderar al talento humano necesario para liderar el cambio, cada vez más complicado de comprometerse con sus organizaciones, para afrontar con éxito el cambio organizativo, cultural y operativo necesario para convertir su empresa en una organización del siglo XXI.
Estos dos retos provocan que las empresas tengan que repensar quién son, qué hacen, cuál es su modelo de negocio y qué ofrecen al talento que trabaja para ellos.